El 13 de junio, Irán respondió a los ataques a sus instalaciones nucleares lanzando más de 150 misiles balísticos y más de 100 drones sobre territorio israelí, provocando pánico y golpes menores en el país. Israel divulgó que al menos 22 civiles resultaron heridos, aunque evitó daños mayores gracias a su defensa antimisiles. Este ataque forma parte de una escalada mayor en el conflicto Irán-Israel, que sacude la estabilidad regional y deja en alerta a la comunidad internacional.
