La crisis migratoria en Sudamérica ha alcanzado niveles alarmantes, con más de 7 millones de personas desplazadas, principalmente desde Venezuela, Haití y Nicaragua. La mayoría se dirige hacia países como Colombia, Perú, Brasil y Chile en busca de empleo, seguridad y servicios básicos.
La situación se ha vuelto insostenible para varios gobiernos, que enfrentan presión sobre sus sistemas de salud, educación y vivienda. En la última reunión de la Organización Internacional para las Migraciones, se discutió la necesidad urgente de un plan regional de cooperación humanitaria, financiación internacional y protección legal para los migrantes.
Figuras como el presidente Gustavo Petro (Colombia) y el presidente Gabriel Boric (Chile) han pedido mayor compromiso global ante una crisis que ya no es solo sudamericana, sino continental.