El tablero geopolítico mundial se está moviendo a toda velocidad. En Tianjin, la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) cerró una cumbre en la que China, Rusia e India dejaron claro su rechazo al dominio occidental y llamaron a construir un nuevo orden multipolar. Con discursos cargados de fuerza, Xi Jinping, Vladimir Putin y Narendra Modi coincidieron en que las “injerencias externas” y las sanciones están desestabilizando al mundo, mientras ellos promueven un modelo basado en cooperación y equidad.
El encuentro tuvo un trasfondo económico y de seguridad: Putin destacó el auge comercial con China —con más de 100.000 millones de metros cúbicos de gas exportados a través del gasoducto Power of Siberia— y Modi subrayó el compromiso de India con la lucha contra el terrorismo tras la masacre en Cachemira.
Este bloque, cada vez más cohesionado, promete redibujar las relaciones globales y desafiar la hegemonía de EE.UU.