El puerto más importante de Puerto Rico está en el centro de una batalla legal que podría afectar la economía de toda la isla. New Fortress Energy (NFE), empresa encargada de suplir gas natural, enfrenta una demanda federal tras decidir reemplazar los remolcadores de 80 toneladas que guían sus enormes buques por otros más pequeños y menos potentes.
Los San Juan Bay Pilots, expertos responsables de las maniobras marítimas, advierten que este cambio, hecho sin pruebas rigurosas, podría provocar accidentes graves y bloquear la entrada del 80% de las importaciones. La demanda también señala presiones desde la Comisión de Pilotaje, cuya presidenta interina habría intentado silenciar sus denuncias.
El conflicto surge mientras NFE negocia un contrato millonario y ya ha usado los nuevos remolcadores, pese a las advertencias. Ahora, el caso está en manos del tribunal federal, mientras crece la preocupación por la seguridad del puerto.